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Pedro Ojesto con Ingueta

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Pedro Ojesto

Nacido en Madrid, su andadura profesional comienza a los 19 años, componiendo música para teatro y cine. Desde los años 70 formó sus propios grupos: Campanario, Celesta, Solar, Pedro Ojesto Trío, La Botica y Flamenco jazz Company de gran prestigio en la escena del jazz nacional, colaborando con músicos nacionales e internacionales de la categoría de Uffe Markussen, Mike Richmond, Jorge Pardo, Román Filiu y con la mayoría de las estrellas del flamenco como Joaquín Cortes, Enrique Morente, Antonio Canales, José Mercé, Juan Manuel Cañizares, El Bola, Ramón el Portugués, Guadiana, y otros.

Ha producido discos importantes como “La Chanson Flamenca” y otros varios con artistas destacados.

En 1994 funda la Escuela de Nuevas Músicas, de la que es actualmente director y en la que se imparten clases de todas las áreas de la música actual, pero con una especial dedicación al jazz y al flamenco.

Antonio Ingueta

Cante

Nacido en Madrid en 1977, hijo de Miguel El Rubio –cantaor genial y de culto- y sobrino del espléndido guitarrista Camarón de Pitita, Ingueta El Rubio da sus primeros pasos artísticos siendo casi un niño, cantando y tocando para el baile en Café de Chinitas. Muy pronto, la enjundia de su eco y sus maneras cantaoras fueron reclamadas para propiciar su inspiración artística por figuras de la trascendencia de entre muchos otros- Farruquito, Tomatito, Vicente Amigo, El Güito, Sara Baras, Antonio Canales, José Maya o Jerónimo, lo que le llevó a lucir su arte en Francia, Italia, Suiza, Luxemburgo, Estados Unidos, Brasil, Canadá o Venezuela y da idea del valor concedido por los grandes del flamenco al talento de este joven cantaor. 

A los nueve años ya tocaba la guitarra, por lo que a temprana edad acompañó como tocaor a cantaores como Indio Gitano o su padre, Miguel El Rubio (en el disco Una voz del Cielo). Ingueta pertenece a la tercera generación residente en Madrid de una ilustre dinastía cantaora procedente de La Línea de la Concepción –la de Los Rubios- que arranca con su abuelo Antonio El Rubio y su tío abuelo Joaquín El Canastero, quienes, si bien –salvo el segundo en sus últimos años- nunca fueron artistas de profesión, influyeron de modo notorio, en especial por bulerías, tangos y fandangos, en el estilo del joven Camarón de la Isla recién llegado a Madrid. Lo que hoy se conoce como sonido camaronero se nutrió, en gran medida, de los melismas, letras y acentos acuñados en el seno de esta familia.

De Joaquín El Canastero son temas grabados por Camarón tan populares como Carmela o Con roca de pedernal. La casa de Los Rubios es reconocida, en efecto, como una estirpe dotada en cuantos de sus miembros abordan el cante con un eco de flamenquísima resonancia y añejo aroma, además de con un sello extraordinariamente personal en su decir, lo que los convierte en prestigiosos eslabones en el devenir del arte hondo.

Como nadie discute el rango de fuente fundamental por fandangos y bulerías de su abuelo Antonio El Rubio, nadie tampoco discute que Ingueta El Rubio es uno de los principales valores en alza del cante de nuestros días. No es de extrañar, pues, la expectación despertada por los recitales de este artista de sentimiento y raíz y de innegable denominación de origen, como no lo es -a poco que los toros le embisten- la conclusión de los mismos en rotundo triunfo. Su decisión de dar el salto a cantaor de alante nació de la responsabilidad de saberse heredero de una saga singular y centro de la mirada y las esperanzas de una afición que vislumbra en él una bomba a punto de estallar.

Como cantaor solista –faceta en la que se distingue por la singularidad y la arriesgada apuesta de acompañarse a sí mismo a la guitarra, gracias a su dominio de dicho instrumento desde niño- inauguró en 2013 el ciclo madrileño Suma Flamenca, en el que intervino en dos veladas, y ha ofrecido recitales en Sevilla, Málaga, Zaragoza, Pamplona… además de en Madrid, donde cuenta con muchísimos seguidores.